Los implantes dentales son la mejor forma de reponer dientes perdidos. Son tornillos de titanio que realizan la función de raíz del diente. Se colocan mediante una cirugía menor, normalmente en la consulta bajo anestesia local.
Tras un breve período de tiempo en el que el implante es integrado por el hueso, se coloca sobre el implante la prótesis dental. Según si el paciente ha perdido un solo diente, varios o todos los dientes, existen diferentes formas de prótesis.
Los implantes dentales son beneficiosos porque:
- Ayudan a evitar la pérdida de otras piezas dentales.
- Limitan la malposición del resto de dientes que se produce por las ausencias dentarias.
- Previenen la pérdida de hueso derivada de la falta de dientes.
- Facilitan una mejor masticación.
- Impiden el envejecimiento facial prematuro que provoca la falta de dientes.
La cirugía ortognática se encarga de la corrección de las deformidades dentofaciales para lograr el equilibrio facial.
Las deformidades dentofaciales pueden ser de varios tipos:
- Clase II o retrognatia: Se produce cuando la mandíbula está menos desarrollada de lo que debería estar respecto al maxilar superior.
- Clase III o prognatismo: Se produce cuando la mandíbula está demasiado desarrollada respecto al maxilar superior.
- Asimetrías faciales: cuando existe una descompensación entre un lado y el otro de la cara.
- Sonrisa gingival: Cuando existe un crecimiento vertical excesivo del maxilar superior, mostrando demasiada de encía al sonreír.
- Maloclusiones como mordida abierta, paladar estrecho, sobremordida, mordida cruzada y mordida borde a borde.
Estas deformidades producen dificultad para la masticación, dolor en la articulación temporomandibular o ATM, problemas de apnea del sueño y alteraciones estéticas.
Tratamiento:
El tratamiento es llevado a cabo en conjunto por ortodoncistas, que realizan un tratamiento de ortodoncia para colocar los dientes en la adecuada posición, y cirujanos maxilofaciales, que se encargan de la intervención quirúrgica para la colocación de maxilar y mandíbula en la correcta posición. Es fundamental que haya una estrecha colaboración entre ambas disciplinas para la obtención de un resultado óptimo.
El tratamiento busca obtener una correcta oclusión, una óptima posición de las articulaciones temporomandibulares, un adecuado diámetro de la vía aérea a nivel faríngeo y una mejoría en la estética facial.
Previo a la cirugía, se realizar una planificación quirúrgica con un software informático de última generación con el que se simulan los movimientos de las estructuras óseas para decidir la posición tridimensional óptima de las mismas. Esto permite que la intervención quirúrgica sea más rápida, precisa y menos traumática, limitando errores e imprevistos en la cirugía.
La cirugía maxilofacial es una especialidad de la Medicina que se encarga del diagnóstico y el tratamiento quirúrgico de cualquier problemática relacionada con la estructura facial. Es decir, actúa sobre la boca, los dientes, los huesos maxilares, la cara, la cabeza y el cuello.
Una operación maxilofacial trata problemáticas muy amplias, pues se encarga de abordar enfermedades, lesiones y defectos o anomalías en el desarrollo.
La cirugía maxilofacial abarca una gran variedad de procedimientos:
- Colocación de implantes dentales.
- Problemas de falta de hueso maxilar (Cirugía preprotésica).
- Cirugía Ortognática.
- Parálisis Facial.
- Cirugía de cordales o muelas del juicio.
- Alteraciones de la mucosa oral.
- Patología de las glándulas salivares.
- Patología de la articulación temporomandibular (ATM).
- Traumatismos faciales.
- Tumores de cabeza y cuello.
La parálisis facial consiste en la inmovilidad repentina de una parte de los músculos de la cara a causa de la lesión del nervio facial, que es el que controla esta zona afectada.
Las causas de parálisis facial pueden ser por una lesión a nivel cerebral o una lesión del nervio facial. En el último caso, las causas pueden ser:
- Parálisis facial de Bell: Es la causa más frecuente (80%), de causa desconocida, y puede ocurrir a cualquier edad. En la mayoría de los casos es temporal aunque existe un porcentaje de personas en las que persisten los síntomas
- Parálisis facial por infección a causa Herpes Zoster, Herpes simple, Adenovirus, Rubeola, Gripe, etc.
- Otras causas: Traumatismos faciales, tumores, secuelas de intervenciones quirúrgicas, congénitos (Síndrome de Moebius).
El tratamiento inicial de la Parálisis Facial generalmente consiste en la administración de corticoides y antivirales, dependiendo de la causa que la origine.
Cuando el tratamiento conservador no ha tenido éxito y la función del nervio no se ha recuperado, pueden realizarse técnicas de reconstrucción para mejorar las secuelas.
También es necesario en determinados pacientes la utilización médica de Toxina botulínica para mejorar el defecto estético y funcional para así mejorar su calidad de vida. Se trata de una técnica no invasiva que mejora la simetría facial.